El turismo termal es mucho más que eso.
Muchas personas creen que es una actividad que nunca pasa de moda en las estaciones de más frio. ¿Quién no se ha planteado ir un fin de semana o ha pensado en escaparse dos días a un balneario para desconectar de la rutina y hacer algo diferente?
Es una alternativa que nunca suele pasar de moda.
Sin embargo, es mucho más que eso y lo lleva demostrando desde tiempos inmemorables.
El turismo termal trae consigo un legado muy importante en la historia de la medicina, del patrimonio cultural y del turismo.
Las aguas termales son conocidas sobre todo por sus propiedades curativas para sanar diversas enfermedades y dolencias de manera natural. Estas aguas minerales proceden del suelo a 5º más de temperatura que las aguas de la superficie.
Las aguas termales bicarbonatadas, sódicas, fluoradas, litínicas y sulfuradas de mineralización media son especialmente recomendadas para curar problemas reumáticos, afecciones respiratorias, enfermedades de la piel, alergias o para reducir el estrés.
Por eso, el turismo termal forma parte del turismo de la salud y del turismo médico, ya que los balnearios contribuyen a mejorar el bienestar físico y mental a través de diversos tratamientos terapéuticos.
Actualmente la salud mental es considerada igual o más importante que la salud física y los balnearios con sus aguas termales tienen un gran efecto en este sentido.
En concreto, los Balnearios de Cantabria ofrecen experiencias y tratamientos a partir de aguas termales que inciden directamente en la reducción del estrés.
En este sentido, el turismo termal entra en juego en otras nuevas tendencias como la belleza.
Hoy en día nos preocupamos cada vez más por el estado de nuestra piel y por nuestro aspecto físico por eso, ya no buscamos únicamente la curación sino la prevención.
Ello ha provocado que la oferta de tratamientos de estética termal en los Balnearios de Cantabria haya aumentado y vaya más allá de las tradicionales y conocidas curas termales.
Es cierto, que el turismo termal nunca pasará de moda, pero lo que si es cierto también es que seguramente sigan surgiendo nuevas motivaciones en las que el turismo termal tenga cabida.