Ya os hemos hablado de los usos y propiedades de nuestras aguas termales, así como de las diferentes técnicas de aplicación disponibles, pero… a la hora de elegir un balneario y apostar por el turismo de salud y termal, también es importante saber con las instalaciones que cuentan.
Por eso, en esta entrada os contamos qué son y para qué sirven cada una de las instalaciones típicas de todo balneario, aunque cada uno de los centros termales de Cantabria las planteen de de una forma diferente y personalizada.
Haremos un breve resumen de cada una, su función y cómo se deben usar correctamente para sacarles el máximo provecho.
Piscina termal
La piscina termal es una piscina de agua con propiedades minerales y medicinales y es el corazón de la actividad balnearia.
Existen casi tantos modelos como balnearios, ya que dentro de esta categoría podemos encontrar desde piscinas enclavadas en bóvedas naturales de cuyas profundidades surgen los manantiales, hasta modernas instalaciones en las que tienen cabida las últimas tecnologías; desde aquellas en las que las aguas minero-medicinales van rellenando el vaso y mantienen la temperatura constante, hasta las que disponen de varias secciones con diferentes temperaturas y albergan cascadas y chorros.
Suelen estar compuestas por bañeras de hidromasaje circulares, con asientos y respaldos para la relajación de la espalda, gracias a la presión que ejercen los chorros de agua y aire sobre las cervicales y lumbares. En ocasiones, estos chorros pueden llegar a ser descontracturantes y muy relajantes.
Se considera que una piscina de tratamiento debe tener, como mínimo, unos 3 m3 de volumen. Su profundidad varía entre 0,9 y 1,5 metros, pero nunca muy profundas, para poder realizar ejercicios de marcha. La pendiente del suelo se sitúa alrededor del 7%. Un sistema de barras paralelas permitirá la sujeción del paciente al realizar el recorrido de marcha.
Circuito de contrastes
Se trata de un recorrido a lo largo de un fragmento de las instalaciones donde podrás encontrar zonas húmedas, secas, frías, calientes y templadas. Se utiliza para la estimulación sanguínea, la tonificación y eliminación de toxinas a través de los poros de la piel.
Gracias a su forma de aplicación basada en la alternancia de frío y calor, aportan al organismo una sensación de completo bienestar. Podrán disfrutar de este circuito a partir de 14 años y los menores de 18 años deberán ir siempre acompañados de un adulto.
El asesoramiento médico previo es imprescindible para realizar con seguridad los circuitos de contraste, sobre todo en el caso de personas con trastornos cardiovasculares.
Sauna y baño turco
De los servicios más demandados en los centros termales, son baños de vapor y sudoración en estancias con revestimiento de madera. Produce en pocos minutos abundante sudoración, lo que estimula la eliminación de toxinas a través de la piel.
La sauna finlandesa (por su origen) se utiliza con fines terapeúticos e higiénicos y se diferencia con el baño turco por su humedad, ya que en su ambiente debe predominar un calor seco entre 80 y 100º C y por una humedad relativa del 15%. Es perfecta como complemento a los diferentes circuitos termales.
Al igual que la sauna finlandesa, el baño turco se sirve del calor para producir beneficios en el cuerpo, pero en este caso el calor suministrado es a través de calor húmedo, con vapor de agua.
La temperatura es inferior a la sauna seca, oscilando entre 25-50º y nunca supera los 70º, y la humedad relativa del 99%, con lo que el ambiente está saturado de vapor de agua e impide el proceso de sudoración, por tanto, en el baño turco se suda menos que en la sauna finlandesa. En este tipo de sauna el calor se genera al calentar agua y evaporarse a lo largo de toda la sala, creando una especie de neblina, que al posarse sobre la superficie corporal formará gotas, haciendo la función de dispersar el calor y refrigerar el cuerpo.
Duchas de contrastes
Se trata de cabinas de ducha en las que, al introducirte, eliges un circuito para la emisión de diferentes aguas. Se combinan temperaturas frías, cálidas y templadas para la estimulación sanguínea.
Es una ducha con combinación de múltiples orificios que proyectan agua mineromedicinal a distinta temperatura para lograr un efecto de contraste a lo largo del cuerpo, combinando los beneficios de la termoterapia y de la crioterapia, que produce un efecto relajante, sedante y circulatorio.
Pediluvio
Los famosos baños para pies, son uno de los elementos que no suele faltar en spas y balnearios. Normalmente están situados en un pasillo, con agua en su interior y piedras redondeadas. A los lados, chorros de agua a presión que combinan frío con calor.
De este modo, y entre los cantos rodados de las piedras y los cambios de temperatura de los chorros de agua conseguiremos una mejor estimulación sanguínea, así como eliminación de exceso de líquido y toxinas.
Esta técnica de baño parcial, son de gran utilidad en dolencias inflamatorias articulares como la artrosis de tobillo y en afecciones traumatológicas como esguinces y tendinitis de tobillos y rodillas; por eso, son muy recomendables en las terapias de rehabilitación de cirugías y fracturas en estas partes del cuerpo.
De igual modo, los maniluvios también suelen ser un «must» en todo balneario, con características similares pero para manos y brazos.
Entre sus efectos es necesario destacar la mejora de la circulación sanguínea, por lo que se indican en el tratamiento de trastornos circulatorios como edemas y varices, a lo que contribuye la acción antiinflamatoria.
También se recomiendan para el tratamiento de afecciones alérgicas en pies y manos, y otros trastornos dérmicos como los eczemas, ya que mejora la elasticidad de los tejidos y remineraliza la piel.
