Vista del puente de Liérganes y sus montañas de fondo, parada obligatoria en tu visita a Cantabria

En nuestro blog hablamos mucho de los usos y propiedades de nuestras aguas termales, así como de las diferentes técnicas de aplicación disponibles, pues es muy importante que tengáis una correcta y experta información a la hora de elegir un balneario y apostar por el turismo de salud y termal.

Y es que la hidrología médica es vital para el cuidado preventivo de nuestra salud. Según las técnicas y vías de administración de las aguas minero-medicinales, es posible tratar numerosas afecciones.

Hoy queremos profundizar en uno de los tratamientos balnearios más demandados, los dermatológicos.

La terapia termal en dermatología

El tratamiento dermatológico trata las afecciones relacionadas con la piel, ya sea por su origen o por su implicación en dolencias de otra categoría, ya que es frecuente que se asocien con trastornos metabólicos, sanguíneos, digestivos, hepáticos o psicológicos.

Las aguas minero-medicinales han formado parte de la terapéutica dermatológica en todos los tiempos y lugares. En Japón se utilizan aguas de determinados manantiales, desde hace más de 1.000 años, para tratar problemas de la piel; y en Europa, las aguas minero-medicinales han sido el principal remedio en el tratamiento de las enfermedades cutáneas durante el siglo XIX y principios del XX.

Con el desarrollo de la farmacología en la segunda mitad del siglo XX, las aguas minero-medicinales pasaron a un plano secundario durante casi 50 años, resurgiendo su popularidad en las últimas dos décadas.

Al igual que en otros grupos de enfermedades con indicación termal, desde hace aproximadamente 20 años, se han comenzado a realizar nuevos estudios básicos y clínicos renovando los trabajos realizados previamente, adaptándolos a la metodología actual.

Estos estudios han permitido elaborar una lista de evidencias que confirman la capacidad de las aguas minero-medicinales y determinados barros para mejorar diversas enfermedades de la piel.

Por ello, el tratamiento balneario se sigue utilizando en determinadas dermatosis, ya que las propiedades detergentes, antiinflamatorias, queratoplásticas y antipruriginosas de determinadas aguas minerales son bien conocidas.

En este apartado se incluyen desde afecciones comunes como dermatitis alérgicas, atópicas y seborreicas, pasando por dermatosis, descamaciones y úlceras varicosas, hasta dolencias más severas del tipo eritemas y urticaria crónica.

En enfermedades más específicas como psoriasis, herpes, liquen plano y acné se consigue mejorar sustancialmente la evolución de las erupciones y pruritos; mejora que se hace evidente en los diferentes tipos de eczema, que son abordables en todos sus estadios de evolución con resultados significativos.

También son muy recomendables para mitigar las secuelas de quemaduras o como preparación de la zona afectada para una posterior intervención quirúrgica, ya que mejora la estabilidad del tejido dañado y disminuyen notablemente el dolor y el picor.

Mecanismo de acción

Los efectos terapéuticos de la aplicación tópica de aguas minero-medicinales o barros son debidos a la interacción local entre los constituyentes del agua mineral y la estructura de la superficie cutánea.

La piel se constituye en la puerta de entrada tanto para los componentes del agua como para los estímulos físicos que aporta, y va a responder a las aplicaciones de agua mineral interaccionando con el agua y sus constituyentes.

Los efectos químicos de la aplicación de aguas minerales y de peloides sobre la superficie cutánea están directamente relacionados con su composición química, siendo las aguas y fangos sulfurados y los clorurados son los más utilizados en las afecciones cutáneas.

Las técnicas de aplicación habituales son la balneación, las duchas y chorros a presión, compresas, las pulverizaciones y las cataplasmas de peloides.

Si quieres saber más sobre los principales usos de los baños termales y los peloides, no te pierdas estas otras entradas:

Los 7 tipos de baños termales y sus propiedades terapéuticas

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¿Y lo mejor? que el tratamiento termal es seguro, efectivo y agradable para el paciente, además de no tener efectos secundarios durante ni después del tratamiento.

De momento, te recomendamos que consultes la amplia y variada oferta de tratamientos para la piel disponibles en cada balneario de Cantabria, pues varían en función del tipo de agua mineromedicinal de sus manantiales.