Tratamientos con fangos termales Balnearios de Cantabria

La mayor parte de la oferta de tratamientos balnearios se basa en la hidroterapia, es decir, en el uso externo de las aguas mineromedicinales para aprovechar sus propiedades terapéuticas.

Como os venimos contando en nuestro blog, existen múltiples técnicas hidroterápicas que, además, pueden ser clasificadas atendiendo a distintos criterios.

Si ya os hablamos de los 7 tipos de baños termales, en esta entrada lo haremos de los métodos de hidroterapia en los que la presión del agua también cuenta.

Además de la temperatura, la región corporal o la duración de cada sesión hidroterápica, la presión del agua es otro factor a tener muy en cuenta para sacar el máximo beneficio a las propiedades de las aguas termales.

Técnicas con presión

En este tipo de técnicas, al efecto térmico del agua se le suma el movimiento producido, bien por la acción de choque del agua a presión sobre la superficie corporal, bien por la agitación del agua del baño. Un efecto masaje, que estimula los receptores de la piel facilitando la relajación muscular, el aumento del flujo sanguíneo, la sedación, la analgesia, el drenaje venoso y linfático e incluso, la liberación de adherencias.

A su vez, las duchas se clasifican según varios criterios:

  • Forma en que se produce la proyección del agua sobre el cuerpo: ducha en lluvia, en abanico, en círculo, en columna o chorro libre, etc.
  • Zona del organismo sobre la que se aplica: ducha general, parcial, torácica, abdominal, vertebral, de brazos, de piernas, aplicada a cavidades: nasal, faríngea, gingival, rectal…
  • Temperatura: fría o fresca (entre 10 y 25ºC), caliente o muy caliente (38-43ºC), tibia, indiferente, alternante o de contraste, o escocesa (38-40 y 20-25ºC).
  • Intensidad de la presión: medida en atmosferas (atm) o también en pascales (Pa).
  • Duchas especiales: ducha-masaje de Vichy, ducha subacuática.

Aunque duchas y chorros se nombran indistintamente para referirse a la aplicación de agua a presión sobre la superficie corporal, la diferencia principal entre ducha y chorro es que en la ducha se interpone un pomo agujereado, por el que sale el agua dividida en gotas más o menos gruesas, mientras que en el chorro el agua sale directamente de la manguera, sin interposición de ningún tipo de alcachofa, excepto una embocadura.

En las duchas y chorros, el agua es proyectada a presión variable sobre la superficie corporal, mediante un dispositivo tubular adecuado.

Los efectos de las duchas vienen dados por la temperatura, duración, superficie corporal y presión a la que se apliquen. Cuanto mayor es la presión y la temperatura más se aleja de la indiferente, el estímulo mecánico, o térmico, según el caso, que vamos a producir será mayor.

Tipos más usados

El chorro general, que se aplica perpendicularmente a la superficie corporal a una presión de 1-3atm, mediante una manguera o tubo, y a una distancia de la persona posicionada de pie de 3mt aproximadamente, es el tipo de ducha más comúnmente utilizado.

La temperatura y el tiempo de aplicación son variables, según la indicación terapéutica y la tolerancia del paciente. Los chorros más empleados son los de temperatura caliente (37-40ºC) y los de temperatura alternante (38-40ºC / 20-25ºC), que reciben el nombre de ducha de contraste o escocesa.

Los chorros calientes se utilizan por los efectos derivados del estímulo térmico y mecánico, entre 3 y 5 minutos, en función de la tolerancia de cada persona. Sus principales indicaciones son las afecciones reumáticas, especialmente en cervicales y lumbares, por sus efectos analgésicos y relajantes musculares.

Para la ducha de contraste o escocesa se necesitan dos mangueras, una de agua caliente y otra de agua fría, de forma alterna. Se empieza con una aplicación caliente, durante 1-3 minutos, y se sigue con la fría, entre un cuarto y un sexto del tiempo de la caliente, y así sucesivamente, siempre terminando con agua fría. La duración de la ducha de contraste es variable, con un máximo de hasta 12 minutos.

Los efectos de la presión y de los bruscos cambios térmicos son los responsables de que el mayor efecto producido por la ducha de contraste sea un fuerte estímulo general. Sus principales indicaciones son el estrés, la depresión nerviosa y el insomnio.

En general, la temperatura es el factor principal a tener en cuenta a la hora de determinar el efecto terapéutico de las duchas y chorros:

  • Caliente: efecto sedante si son prolongadas, y estimulante si son muy calientes y cortas.
  • Fría: efecto estimulante circulatorio, así como también del sistema inmune. La temperatura se va disminuyendo gradualmente previo calentamiento del sujeto.

Salud y seguridad

Todos los balnearios de Cantabria incorporan los beneficios de las distintas técnicas con presión de agua termal en sus circuitos estándar de bienestar, si bien para tratamientos específicos nuestros médicos te asesorarán en los programas más adecuados en cada caso.

Recordaros también que todas las técnicas que emplean nuestros centros termales, cumplen un estricto protocolo de seguridad sanitaria, para garantizar condiciones de máxima seguridad y limpieza para todos.

Consulta los circuitos estándar de los distintos balnearios en: